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Ejecute su estrategia: Estadísticas y Mejores Prácticas
Las empresas que siguen las mejores prácticas en ejecución de la estrategia, en promedio, logran triplicar su valor en tan sólo 3 años. Descubra las 6 mejores prácticas que siguen estas empresas para ejecutar su estrategia.
La correcta ejecución de la estrategia es la manera más efectiva en que la empresa puede generar valor para sus clientes y accionistas. Sin embargo, estudios demuestran que sólo el 10% de las organizaciones logra ejecutarlas, debido a una clara falta de alineación entre sus estructuras y su estrategia.
Considere las siguientes estadísticas:
- El 60% de las organizaciones no vinculan su presupuesto con su estrategia.
- El 67% de los departamentos de RRHH e Informática no vinculan sus prioridades con la estrategia.
- El 75% de los mandos medios no tienen incentivos ligados a la estrategia.
- El 95% de la fuerza de trabajo no entiende cuál es la estrategia de la empresa.
Los beneficios de ejecutar la estrategia
Aun cuando, entre 85% y 90% de las empresas fracasan ejecutando su estrategia, aquellas que sí lo logran generan resultados espectaculares (generalmente incrementan sus ventas entre 80% y 120% en un período de tres años) que se traducen en miles de millones de dólares.
Asimismo, un estudio reciente demuestra que el 70% de las empresas que cuentan con un proceso formal y establecido para ejecutar su estrategia alcanza un rendimiento superior al de sus competidores. Estas organizaciones también son ocho veces más propensas a usar soluciones tecnológicas para automatizar las áreas de proceso, tales como elaboración de presupuestos, reportes financieros y proyecciones a futuro, lo que se traduce en una mayor y más rápida capacidad de adaptación de los procesos internos.
Este mismo estudio identificó seis prácticas comunes que contribuyen directamente al éxito de estas empresas. (Para efectos de este artículo denominaremos a estas organizaciones como “empresas exitosas”).
1. Consensar, definir y medir la estrategia.
77% de las empresas exitosas utilizan un mecanismo formal para traducir su estrategia a términos operativos y poder evaluarla en el día a día.
Una de las barreras más grandes en la ejecución de una estrategia es no poder medirla, ya que no se puede gestionar lo que no se puede medir. El Balanced Scorecard y los mapas estratégicos, metodologías utilizadas por dichas empresas, surgen para satisfacer dicha necesidad. Para implementarlos, se debe comenzar por reunir al equipo directivo para desarrollar una visión común de la estrategia de la organización. Con frecuencia, ésta es la primera vez que se logra que el equipo llegue a un consenso sobre el tema.
Una vez consensuada y definida la estrategia general de la organización, ésta se traduce a términos operativos a través de la elaboración de un mapa estratégico. El mapa estratégico se compone de objetivos estratégicos que posteriormente son plasmados en un Balanced Scorecard, junto con indicadores que pueden ser claramente comunicados y en base a los cuales se puede actuar.
2. Enfocarse en las iniciativas verdaderamente estratégicas.
76% de las empresas exitosas se enfocan en un número limitado de iniciativas estratégicas para lograr sus metas.
Una organización normal ejecuta cientos de procesos y decenas de iniciativas de manera cotidiana. Sin embargo, la mayoría de dichos procesos no son estratégicos. Es decir, a pesar de ser esenciales para la operación de la empresa, no necesariamente contribuyen al desarrollo de la estrategia ni otorgan le una ventaja competitiva.
A medida que la empresa logra identificar sus iniciativas estratégicas y dedicarles una mayor atención, incrementara notablemente su capacidad para ejecutar su estrategia exitosamente. Algunos ejemplos de iniciativas claves pueden ser innovación, retención de clientes y excelencia en la operación.
3. Realizar reuniones periódicas para monitorear la estrategia.
75% de las empresas exitosas cuentan con un esquema formal y calendarizado de reuniones periódicas para informar y gestionar la estrategia.
Sin importar qué tan buena sea, una estrategia es una hipótesis; es la mejor estimación, en un momento dado, de cómo guiar a la organización hacia sus objetivos. Ciertamente, contar con una estrategia claramente definida es un punto importante de partida, pero para que sea exitosa, la estrategia debe ser probada y adaptada continuamente.
A través de las Reuniones de Análisis Estratégico (RAEs), el desempeño de la estrategia puede ser monitoreado continuamente. De esta manera, las RAEs ofrecen un foro en el cual se puede discutir el progreso de la estrategia y establecerse las acciones necesarias para atacar las áreas de oportunidad.
4. Comunicar la estrategia a todos los niveles.
73% de las empresas exitosas cuentan con un mecanismo formal para comunicar su estrategia.
La estrategia es diseñada por los directivos, pero es ejecutada por los empleados. Los trabajadores de primera línea (como agentes de ventas, personal de servicio a clientes, choferes o repartidores) son los más cercanos a los clientes y al negocio central de la empresa. Por ello, es fundamental que las decisiones que ellos toman día con día reflejen las prioridades de la estrategia, lo cual resultaría imposible si no la conocen o no comprenden la manera en la cual su labor contribuye a ella.
Una comunicación efectiva no es cuestión de un evento único, sino que debe basarse en un programa continuo que constantemente involucre a la organización en las prioridades y el progreso de la estrategia.
Las teorías de mercadotecnia y comunicación concuerdan que, para que un mensaje sea efectivamente adoptado por la audiencia, éste debe ser entregado varias veces y de diversas formas. Algunas de las maneras en las cuales se puede comunicar la estrategia incluyen correos, folletos o como un módulo dentro del entrenamiento normal del personal. Sin embargo, la comunicación más poderosa es generalmente aquella que envían los líderes de la organización al predicar con su ejemplo.
5. Alinear unidades de negocio y áreas de soporte a la estrategia
63% de las empresas exitosas tienen todas sus unidades de negocio alineadas a su estrategia global.
La ejecución de la estrategia requiere de la coordinación e integración de todas las partes de la organización. Los programas de RRHH, los incentivos al personal y las prioridades del departamento de Informática deben reflejar las prioridades estratégicas del resto de la empresa.
Desafortunadamente, la mayoría de las organizaciones son incapaces de administrar efectivamente sus procesos interdepartamentales para que éstos logren tener un enfoque integral. El problema recae en que las distintas áreas no conocen la estrategia global y, por lo tanto, no alinean sus prioridades a las necesidades corporativas.
El desarrollo de mapas estratégicos para las distintas áreas de la empresa ayuda a eliminar esta barrera. De esta manera, se crea una visión compartida de la estrategia que ayuda a que las áreas de soporte puedan centrar sus iniciativas en las prioridades estratégicas de la organización.
6. Vincular las iniciativas al presupuesto.
64% de las empresas exitosas formulan su presupuesto en relación a su estrategia y no en base al pasado.
Por último, las empresas exitosas cuentan con una eficiente coordinación entre el proceso de planeación y el diseño del presupuesto.
Lamentablemente, el 60% de las organizaciones fallan en este aspecto debido a la inconsistencia estructural entre el proceso de planeación y la elaboración del presupuesto. La planeación estratégica aborda aspiraciones de largo plazo mientras que los presupuestos se ocupan de cuestiones operativas a corto plazo. Por otra parte, la estrategia implica esfuerzos interdepartamentales mientras que los presupuestos generalmente son divididos por función o área. Sin embargo, es primordial que la estrategia y el presupuesto estén sincronizados para integrar los proyectos de corto y mediano plazo de cada una de las áreas, y así ejecutar la estrategia con éxito.
Una de las claves para facilitar este proceso es separar el presupuesto para los gastos operativos del presupuesto para los gastos de la estrategia (también denominado STRATEX).
En resumen
Este artículo ofrece un resumen de las seis mejores prácticas en ejecución de la estrategia. Sin embargo, estas técnicas no están aisladas la una de la otra; el implementar sólo algunas no arrojará los resultados deseados ya que todos forman parte de un proceso integral, mismo que ha formado la base del éxito de aquellas organizaciones que han superado el 90% de probabilidad de fracaso.
Estas prácticas ofrecen una guía para que su empresa logre convertir la ejecución de su estrategia en una ventaja competitiva y alcance así resultados extraordinarios. En TRISSA le podemos ayudar a desarrollar estas competencias para ejecutar su estrategia con éxito. Le ofrecemos las herramientas y conocimientos necesarios para apoyarle a clarificar su estrategia, traducirla en términos operativos, alinear a su organización y establecer un mecanismo de seguimiento efectivo para garantizar que ésta pueda ser ejecutada.
Para saber más de cómo le podemos ayudar, visite nuestra página de internet www.trissaconsulting.com o envíenos un correo a info@trissaconsulting.com; nuestros consultores estarán encantados de ayudarle a resolver cualquier duda que tenga.
Autor: Trissa Strategy Consulting
Fuente: Norton, David P. "Strategy Execution, A Competency that Creates Competitive Advantage." Palladium Group Whitepaper (2007): 1-7.

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