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¿Tu estrategia es coherente con tus capacidades operativas?

¿Tu organización está enfocada en aquello que hace mejor? Compañías coherentes desarrollan gran pericia y habilidad sólo en algunas áreas, y direccionan su estrategia y toma diaria de decisiones a donde puedan tomar ventaja de ellas. Ésto unido a las oportunidades ofrecidas por los mercados adecuados genera grandes ganancias en recompensa.

 

Las compañías que se enfocan en aquello que hacen mejor obtienen resultados superiores y sostenibles. Éste enfoque implica asegurar que todas las decisiones dentro de las unidades de negocio y líneas de productos estén enfocadas en “aquello que hacen mejor que cualquier otro” y que las capacidades internas se encuentren alineadas con la posición de mercado adecuada, a ésto lo llamamos ser “coherente”.

La mayoría de las empresas son incoherentes porque persiguen ganancias en mercados donde no tienen las capacidades para tener éxito. Su crecimiento emana de la adquisición de aparentes “negocios adyacentes” que usualmente resultan incursiones en “océanos azules” dónde les es imposible nadar.

En muchas organizaciones, la estrategia y las capacidades son tratadas como temas separados y para definirlas por lo general siguen un camino que va del mercado a la sala de juntas, cuando en realidad deberían caminar en dirección opuesta. Es decir, comenzar entendiendo que es aquello que hacen muy bien para luego desarrollar estas capacidades hasta convertirse en el mejor en su clase. De esta forma la estrategia se convierte en un proceso para alinear un sistema de capacidades distintivas con las oportunidades en el mercado adecuado, lo que resultará en un incremento significativo de las ganancias. Esto se denomina “Coherencia Premier”, dónde cada producto y servicio vendido encaja con la “forma de competir”.

El Poder de la Coherencia

Una capacidad es algo que haces bien, que tiene valor para el consumidor y que no puede ser batido por la competencia. Es la interconexión entre las personas, el conocimiento, la tecnología, las herramientas y procesos que permiten a una compañía sobrepasar a la competencia en algún atributo importante.

Un sistema de capacidades crea valor de forma diferenciada. Una organización se vuelve coherente cuando las capacidades son escogidas a consciencia, implementadas y alineadas con el portafolio de productos y servicios adecuado y así poder respaldar el propósito estratégico. Un sistema de capacidades provee  respuestas claras a los siguientes cuestionamientos:

¿Cómo enfrentaremos al mercado?

Tener un claro entendimiento de cómo crear valor para el cliente. Determinar la forma de competir permite tener flexibilidad y crecimiento pero al mismo tiempo enfoca la estrategia y la toma de decisiones.

¿Cuáles son las capacidades necesarias?

Establecer un sistema de tres o seis capacidades que permitan a la compañía entregar la propuesta de valor al cliente de forma efectiva; es decir, crear una ventaja competitiva.

¿Qué vamos a vender, y a quién?

El portafolio de productos y servicios debe estar alineado con el sistema de capacidades y la forma de competir. Asegúrese de explorar continuamente el mercado en busca de nuevas oportunidades donde pueda aprovechar estas capacidades. Cuando se administran bien, las capacidades no sólo agregan valor al portafolio sino además definen su composición; si una compañía decide no invertir más en un grupo de capacidades debe despojarse también de los productos relacionados y así evitar el riesgo de caer en una incoherencia estratégica.

 A mayor coherencia en las capacidades mayor rentabilidad, ya que existe una fuerte correlación entre ambos. Ser coherente permite crear valor a través de 4 formas:

1. Refuerza la ventaja competitiva, ya que el personal se vuelve más hábil y el sistema crece más a fondo permitiendo a la organización tener una ejecución sobresaliente que captura al cliente.

2. Renfoca la inversión estratégica en lo que es relevante, direcciona el capital, el tiempo y el talento hacia las actividades, productos y negocios que aseguraran mantener el liderazgo.

3. Produce eficiencias de escala, al desplegar las mismas capacidades a través de un grupo de productos y servicios a negocios donde normalmente no podrían costearlas.

4. Crea alineación entre el propósito estratégico y la toma de decisiones diarias, pues las organizaciones tienen un desempeño mejor y más rápido ya que todos entienden lo que es importante.

Centrarse en una forma de competir y un sistema de diferenciación usualmente conlleva a tomar decisiones complicadas. Despojarse de algunos negocios, analizar las actividades no esenciales y ajustar las líneas de productos y servicios, significa resistir a la tentación de saltar a ganancias fáciles comprometiendo el enfoque estratégico.

Ser coherente promueve el liderazgo, alinea a la organización y proporciona herramientas para tomar decisiones acertadas todos los días. Puede parecer un destino imposible y remoto, pero el esfuerzo será recompensado. Cada elección hecha es una oportunidad de dar un paso adelante en lugar de un paso atrás.

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Autor: Trissa Strategy Consulting

Fuente: Harvard Business School Publishing.